martes, 12 de diciembre de 2017

La medida de la alcoholemia

Las bebidas alcohólicas contienen una sustancia, llamada etanol o alcohol etílico, que resulta tóxica y, a partir de una cierta dosis, produce graves alteraciones en nuestro organismo. 

El alcohol disminuye de manera notable la capacidad de conducir un vehículo con garantías de seguridad, pues su consumo afecta a regiones del sistema nervioso encargadas de la coordinación, los reflejos, la agudeza visual y la capacidad de atención. También crea una euforia y una despreocupación que favorecen la conducción temeraria. 

Con vistas a evitar accidentes de tráfico, las autoridades han de controlar el consumo de alcohol entre los conductores. Lo hacen mediante el cálculo de la concentración de alcohol que ha sido absorbido por la sangre (alcoholemia) después de ingerir una bebida alcohólica. 

La tasa de alcoholemia se puede calcular de una forma sencilla mediante la siguiente fórmula:

Alcoholemia (g/L) = masa (g) de alcohol puro ingerido/masa de la persona (kg) · constante 

Constante para hombre = 0,7 
Constante para mujeres = 0,6 

Para poder aplicar esta fórmula, se debe saber la cantidad de alcohol ingerido. Por ello no se utiliza en los controles llevados a cabo por la autoridad competente. 

En estos casos, o en cualquier otro en el que se desconozca ese dato, se utiliza un aparato denominado alcoholímetro que cuantifica directamente la concentración de alcohol existente en el aire espirado. Esta cifra tiene relación con la alcoholemia, pues el alcohol pasa fácilmente desde la sangre al aire a través de los pulmones. Existe, por tanto, una correspondencia entre la concentración de alcohol en la sangre y en el aire espirado. 





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